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Creando escuela

martes, 26 de febrero de 2008

Ron con cocacola, Preñada y Depravator

Ahora encuentro un hueco para actualizar un poco esto. Voy hasta el culo de trabajo y eso repercute en que no pueda poner al día como quisiera el blog.

Adelantar que a falta de formalizar el copyright (que hay mucho listo por ahí) los Vampiros Blancos ya tenemos Escudo Oficial. Espero poder presentároslo pronto, junto un texto a modo de Mandamientos que todo buen Vampiro Blanco deberá respetar y cumplir. Jajaja, se me va la olla, pero es divertido estar como una cabra, ¿no?
Os cuento brevemente que sigo sin comerme una rosca y encima no localizo a las propietarias de tetas que tengo más al alcance, actualmente "G" y María. Eso no es nada bueno para mi estabilidad ya que o descargo leche sobre mujer apetecible o pillo alguna que sí pueda darme leche a mí. La opción número dos, siempres más jodida que la uno.
Lo que me recuerda que el otro día recibi un correo de una "simpatica" mujer en periodo de lactancia (eso decía) que había leido mi anuncio habitual y que llevaba tres años lactando a su hijo (?). Decía que tenía ganas de darse algunos caprichos con el dinero que pudiera ofrecerle "y que no fuera una miseria" (ya con exigencias, la cabroncita) pero sin poner en riesgo su matrimonio (con lo cachondo que es follarse a la mujer de otro delante de él). Me describía unos pechos de pezones de tres centimetros de largo. 26 años y en fin... todo muy bonito excepto que la muy mala puta, tenía la simpatia evacuada de su persona.
Finalmente, rechacé la idea de recurrir a esta hembra pues habían cosas que no me acababan de cuadrar (no es la primera vez que lactantes se me ofrecen por mail y luego resulta que tiene truco) y hay que ir con mucho ojo. No cabe duda que a una mujer asi, ademas de que de de mamar, se merecería que le dieran por culo varias veces para que aprendiera que las buenas formas y la simpatia no está reñida con estar en unas condiciones especiales.
Bueno a lo que iba. Que el otro día sali pero no me comi un rosco en parte... porque soy un poco rarito. Creo que tampoco os descubro nada nuevo con eso. El caso es que tuve a mi alcance a una mujer embarazada. ¿Y qué pasa? Pues veréis. Cuando me doy de bruces con una futura mama, siento dos sensaciones: respeto y morbo. Respeto porque no soy capaz, al menos de momento, de follarme a una preñada. No se por qué... será porque tengo presente que ahí no somos dos, sino tres, siendo uno de ellos un o una menor... jajaja. Ya sabeis que a mi todo lo que no tenga un mínimo de 18 años (y mujer, por supuesto), está fuera de mi dieta fálica.
Y claro, me da morbo siempre una embarazada porque pienso que esos pechos ya se estan preparando e incluso algunos, dependiendo del mes de gestación, ya ofrecen pequeños aperitivos a modo de calostro riquisimo y espeso. No es lo mismo que una recien parida mamariamente, pero algo es algo. Eso os responde la duda de si he mamado las tetas de alguna preñada. La respuesta es sí.

Se llamaba, si mal no recuerdo, Lola. Edad, sobre unos 30 y algo y en el pub estaba acompañada de su marido y unos amigos. No pasó nada. Quería volver entero a casa y el tipo que me dijo que era su marido, parecía un jugador de rugby... asi que poca broma. Solamente la estuve repasando un poco con los ojos el vestido premama y sobre todo a la altura de sus tetamen. Una talla superior a la 100, sin temor casi a equivocarme (Menudo ojo tengo yo para poner tallas de sosten a las mujeres) Al final, inocente de mi, le pregunté de cuantos meses estaba. Me dijo que de 6 meses. Al instante hice cuentas... faltan 3 meses... estamos en febrero... Mayo y la tia ya estará echando leche por las tetas a borbotones. Y ahí me la jugue inconscientemente porque le solté si pensaba criar con el pecho al crio (esperaba niño). La tia me miró primero bastante mal y me di cuenta al instante que el tercer ron con cocacola tenía culpa de ese acto casi suicida con una persona que acababa de conocer en la pista de baile (aunque bailaba poco, claro). Permaneció mirandome raro y yo le dije que era pediatra. Menuda salida a la desesperada. Entonces sonrió y me dijo que si. Que si todo iba bien, estaba a favor de la lactancia materna.
Y la polla me dio un brinco. Me falto un pelo para darle mi número de movil pero eso ya hubiese sido el colmo de lo raro pero si llego a darselo, oa aseguro que en mayo la llamo y me monto cualquier historia, al menos, para verla dando de mamar a esos pequeños egoistas ensuciapañales.

Ahí acabo todo. Volvi a casa y no descargué en hembra leche de mis huevos...

Prueba de que no soy infalible. ¿O qué os pensabais?

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