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Creando escuela

martes, 9 de diciembre de 2008

Un puente lechoso

Desde el viernes pasado, he estado fuera de mi ciudad. En zona montañosa y practicando un deporte que se me da francamente mal como es el esquí. Yo soy más de playa, olas y en definitiva, deporte acuatico mientras observo de reojo multitud de tetas en topless. Sin embargo eso solo puede ocurrir en verano o si te vas a zonas calidas en esta época del año. Como uno tiene un buen sueldo pero ni con esas se escapa de la crisis mundial, pues hay que conformarse.

No voy a dar detalles de donde estuve porque a mí si no me pagan, no menciono locales, hoteles u hostales ni que me pongan la antitetanica (que es como el ajo para el vampiro tradicional).

En total fuimos 7 personas, dos parejas, una chica soltera y dos solteros (yo uno de ellos)

Una de las parejas, habían sido papas hacia 3 meses y desde ese tiempo, habían estado sujetos a un gran estres. La escapada de estos días obedecía a un consejo de otras parejas de que se dedicaran unos días a ellos mismos. La cosa fue que, como digo, acabamos siendo 7. Os puedo asegurar que desde que lo supe, me era dificil no postrar mi mirada en la zona pectoral de la mama reciente y no hacia más que preguntarme si aún estarían llenas o por lo menos con alguna aceptable cantidad. Me obsesioné tanto y tan mal que el resto de personas más bien iban desapareciendo de mi alrededor y fue el ultimo día, en las ultimas horas donde el marido ya se mosqueó un poco porque no me despegaba de su señora. El morbo de intentar amorrarme a esas ubres, que, calculé una talla 95 garantizada, me tenia el seso absorvido. Joder soy un Vampiro Blanco ¿Qué quieren?

Y lo fuerte fue eso. Que lo dije. En la cena del sabado, salió el tema de fantasias sexuales y machismo. Temas en los cuales me desenvuelvo como pez en el agua (revuelta) y fueron saliendo anecdotas de todos en nuestras vidas sexuales. Afortunadamente, eramos gente abierta, no tanto como yo, por lo cual tuve que saber desacelerar cuando convenía y cuando no.

Fue la primera vez que mencioné el concepto de Vampiro Blanco ante personas que no tenían ni idea de eso. Consideré mejor usar esa expresión que la más técnica parafílicamente hablando que es "lactofilico" o "galactofilico" La verdad es que fue divertido porque mantuve el misterio un buen rato de la charla después de la cena. Se hablaba de sexo abiertamente, sin usar palabras soeces (lástima) pero bien esclarecedoras y como siempre ocurre en casos así, las risitas escandalizantes ya sabéis de quienes procedían.

Al final, las tres damas me acorralaron y me dijeron claramente que de ahí no se acostaba nadie hasta que explicara que era eso de Vampiros Blancos. La verdad es que fueron momentos un poco incomodos para míí porque, por un lado, el buen rollo era patente en el ambiente pero no sabía yo como podían encajar el tema, sobre todo ellas. Temía que, a partir de aquella noche, el distanciamiento fuera tan incomodo que precipitara mi marcha porque no soy masoca, amiguitos.


Supongo que ayudado por los buenos grados del alcohol ingerido, al final lo expuse, eso sí, advirtiendo que tal vez no lo encajaran bien. Eso les puso un poco en guardia, así que decidi soltar lo que yo entendía por la definición de VB.

Hubo unos segundos de silencio. Bastante incomodos. Miradas entre sí y algún sonrojo. Evidentemente, el sonrojo vino de la mujer que había sido mamá hacia algo menos de tres meses. Afortunadamente, fue el padre quien rompio el hielo en el momento en que pensé que solo me quedaba excusarme e irme a mi dormitorio. "Coño pues mi mujer es la central lechera asturiana" Evidentemente recibió un buen puñetazo en su hombro de su señora pero agradecí el gesto (y la información) de deshielo porque a partir de entonces, la charla continuó. Había, por parte de las otras dos mujeres bastante incredulidad, incomprensión pero en todas respeto. La mama, pareció sentirse un poco más comoda y era la que comentaba más "lo normal y que no era más que una fantasia más"

Haciendome el interesante, le dije que, además de fantasía sexual, lo consiraba casi como una necesidad metabólica. Ahí hubo más carcajadas pero me mantuve más bien serio. "Anda ya... estas sonado" Me dijo mi otro colega soltero como yo. "A mí eso me da asco"

Miré de nuevo a la mamá y esta aguantó la mirada con una sonrisa leve pero apreciable. La verdad es que lo agradecí.

Y todo acabó ahí en esa noche pero el domingo fue de una continua aproximación a la mamá reciente. Tenía claro que, si quería optar a alguna remota posibilidad, suicida, dadas las circunstancias y con el marido por ahí, debía ser cercano y agradable. Desplegué todos mis encantos y fue dando resultado. Aunque había momentos en que mis ojos se me iban y ella lo notaba. No se si fue morbo para ella o que, después de haber salido de un embarazado, le gustaba la idea de sentirse deseada por otro, pero aunque permaneciamos solos en casi ningun momento, si que el resto podía estar a una distancia suficiente para que pudieramos charlar y conocernos mejor. Hablamos de la noticia bomba de mi vampirismo tan original y me confesó que se sentía un poco incomoda. Le respondi que simplemente se olvidara de eso. Que yo, ante todo era una pasionado de los pechos, como tantos y tantos hombres y que lo de mamar los que tenían leche era un añadido. Asegurandose que no había nadie lo suficientemente cerca para que nos pudiera oir, me dijo que "no si hasta puede ser divertido y todo". Me hice el despistado: "¿Pero tu tienes todavía?" "Uy, sí. Mi idea es criar hasta los 6 meses como mínimo"

Esa respuesta fue como ponerse a tiro de un bocado de lobo y supongo que se dió cuenta. Se puso a reir y con un "uuuu, que cosa te acabo de decir. Qué miedo das" Le dije que nada de eso. Que ser Vampiro Blanco era compatible con ser un caballero". "¿Y tú que eres, caballero o no?" Si hubiese respondido lo evidente, lo que ella hubiese querido escuchar, no hubiese sonado creible, así que me dejé llevar por mi instinto de caza: "Soy lo que conviene ser en cada momento"

El resto de la mañana y tarde del domingo transcurrió entre el calor de lo interior del recinto donde nos alojabamos y las caidas de un servidor intentado esquiar o simular que lo hacía. Acabé bastante dolorido. Al menos, las tres hembras se reían con ganas a mi costa y eso me decía que tenía cierta partida ganada. Joder, sabía que no iba a joder, sobre todo cuando vi que el otro soltero había conectado bastante bien con la única soltera que quedaba.

Sin embargo mi objetivo no era otra que la mama. El escollo era tener al marido incomodamente pendiente de ella, desde que supo que su mujer era blanco hipotetico de un mamador de tetas lechosas y su mujer las tenía. Supongo. Igual fueron imaginaciones mías pero algo pasó porque surgió la idea de bajar al pueblo y ver las luces navideñas de noche. Yo lo tuve fácil para escabullirme porque dije que me dolian las rodillas. No era broma. Así que en cierto modo, más que una excusa era una realidad que me venía como anillo al dedo porque me disponía a poner a prueba a la mami. Y la mami me sorprendió hasta mí porque dijo que ella prefería acostarse un rato. Eso no le gustó demasiado al marido que casi discutieron ambos un poco. Se habló de dejar la idea y fuera problemas pero el marido decidió desafiar y decir que tampoco iba a ser tanto tiempo y que volverían enseguida. No se si fue cosa mía pero noté que me miraba unos instantes y casi con cierta cara decirme "Me iria más tranquilo si te vinieras con nosotros" Pero yo había acabado de poner los pies sobre otra silla y me disponia a ver el televisor.

La mami se fue con ellos hasta separarse para ir a los dormitorios. Espere un tiempo prudencial, no fuera a ser que se presentaran de repente porque se habían dejado algo. Y entonces, me encaminé a mi habitación. Y ahí salió mi transformación vampírica. mi lado perverso e incontrolable. Mi polla estaba morcillona desde el momento en que sabía que solo estabamos ella y yo del grupo. Y piqué a la puerta de su dormitorio. El pulso se me había disparado totalmente y bombeaba adrenalina por los poros. La puerta se abrió y ella estaba en camisón. Entre y cerre. Ella se puso muy tensa pero no grito. Estaba en un punto de no retorno.

Ella: ¿Pero que haces?
Yo: Sabes lo que he venido a buscar.
Ella: Te has vuelto loco. ¿Sabes lo que puede pasar?¿Quieres que me ponga a gritar?
Yo: No lo harás.
Ella: ¿Ah, no?

Comencé a acercarme a ella, paso a paso... y ella a retroceder, diciendome que saliera y repitió que iba a ponerse a gritar. Su espalda chocó con la pared y yo acerqué mi aliento a su oido izquierdo. Solo susurré una palabra: "Dame" "¿Que te dé qué?" me respondió con voz temblorosa pero con un timbre de deseo. Quien hablaba ya era Lactferatu, amigos mios, para lo bueno y para lo malo. El suicida, el alocado, el cazador que sabía del riesgo y el limite que corria pero ya era demasiado tarde. Solo quería su alimento. Comencé a bajar la cabeza hasta la altura de sus pechos escondidos en el camison de botones y comencé a desabrocharlos. Ella me puso las manos en mis antebrazos ofreciendo una resistencia más simbolica que otra cosa y su respiracion era totalmente acelerada. Ahí aparecieron dos impresionantes pechos de una turgencia extrema. Se apreciaban ciertas estrias y venas lacteas en sus tetas blanquecinas. Se notaba que hacía días que no derramaban leche para su bebé. Casi fue cogerlos con ambas manos y asomó unas gotas que recogí con mi boca absolutamente abierta. Ella seguía rigida durante las primeras succiones en sus pechos pero luego fue cediendo... Sus pezones eran grandes, de color café claro y con una impresionante aureola con los tuberculos de montgomery muy resaltados. Hacia tiempo que no accedía mamariamente a unas ubres así.


Asi estuve un buen rato. Atacando esos dos pechos alternandolos, apretandolos, ordeñandolos en definitiva y bebiendo su leche. Humedeciendome la cara con ellos. Ella emitió gemidos pero se llevaba el puño a la boca para contenerlos. Sabía que si bajaba la mano a su coñito, este aparecería delatadoramente empapado exigiendo que la enrabara pero no quise hacerlo. Estaba ahí en calidad de Vampiro Blanco y quería que ella supiera como actuaba, benignamente, uno de ellos. Y digo benignamente porque de otro modo, la hubiese follado de todas las maneras posibles y algo me dice que no le hubiese desagradado como hembra, aunque sí como esposa decentemente casada.

Acabé de mamar aunque hubiese estado mucho más tiempo pero podian sorprendernos. Al parar y dejar los dos pechos libres de mi boca y mis manos, ella siguió pegada la pared, mirando a un lado y sus pechos gotenado leche. Es lo que pasa cuando succionas un buen rato. Me distancié y le dije que lo sentía pero no había podido controlarme. Ella no dijo nada hasta que fui a abrir la puerta.

"Si mi marido se entera, te mata ¿lo sabes, no?"

Le dije que sí y que lo dejaba en sus manos.

Y las ultimas horas de ayer en que estuvimos ahí. Ella, siguió siendo la misma. Supongo, que porque probablemente, después de marcharme yo, acabó masturbandose como una loca (yo me autoordeñe el falo tres veces, lo confienso) o prefirió que nada combiase por si el futuro deparaba algo más. Eso lo digo yo, pero algo me dice que, a esa Fuente no reclutada, no le desagradó demasiado la experiencia. La pena es que no tengo modo de contactar de nuevo con ella.

Tal vez mejor así.

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