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Creando escuela

lunes, 31 de marzo de 2008

De revisión a trempera

En un hospital me convierto en un tipo peligroso. En este tipo de centros me crezco como depredador y corro el riesgo de cometer locuras. Primero porque ahí te topas con una de las profesiones con más morbo que existen: con un monton de enfermeras, algunas, que parece que estén pidiendo que les desgarres el uniforme para montarlas y lo digo por experiencia, (véase CONCURSO tres de las anonimas enfermeras que aparecen esa entrada han pasado por mi cipote)) y si estan bien agraciadas mamariamente (no siempre, por desgracia) incharte a lubricarles el canalillo mamario a escupitajos o flujos de coñito (si es que has podido clavarles coñilmente el nabo antes) para una rica cubana después de haber, eso siempre, ensalivado bien las dos tetonas.



La otra razón por la cual tipos como yo nos transformamos en los hospitales es porque te puede tropezar con una mamá ultrareciente. Es decir, que casi la ves con el documento de alta entre las tetas a punto de explotar de leche. La única pega y que es definitiva es que no va sola. Va a compañada del papi y hasta puede que media familia.

Sin embargo esta mañana tenía un control para ver com evoluciona mi lesión de costillas y después de haberme hecho el simpático con la enfermera de recepción, aunque no he conseguido su número de movil y eso que gastaría una talla 95 de tetamen y asi delgadita, morena y cabellos largos... como a mi me gustan especialmente las hembras, he ido a la cafetería y ahí he visto um ejemplo de Fuente. Al lado suyo estaba el que debía ser padre primerizo (afortunado cabrón si es que le van las tetas con leche) y una hembra de no más de 35 años, yo creo que igual no llegaba a los 32. La zorra vestía tejanos y un conjunto de camiseta de cuello alto con una chaqueta de punto. Os aseguro que esa sí que tenía una talla 100 de mamas. Por lo que he calculado gracias a mi instinto de Vampiro Blanco, si es que no había salido ya de ingresos de maternidad, esa hembra no hacia ni mes y medio que había dado a luz ya que para más seguridad, el padre tenía en brazos a una cosa enana de no más de 50 cm de largo. Podría ser, no lo se. Repito que hoy mismo podían haber abandonado el área de maternidad pero con la tia con esos pantalones tan ceñidos... no me cuadraba.



Os aseguro que, de estar ella sola en aquella mesa, me hubiese lanzado. Sentarme en la misma y preguntarle las cuestiones claves hubiesen sido todo uno. No se vosotros pero yo me transformo, esté con quien esté, si me cruzo con una mujer con un bebe de meses y semanas, la zorra debe sentir el impacto de mis ojos en sus tetones y si me apuráis, puede hasta sentir las succiones de mis labios en sus pezones. Igual cuando se cruzan conmigo empapan las braguitas.

La mami, era de etnia latinoamericana, 1,68 de estatura, unos 65 Kg de peso, cabello corto un poco por debajo de las orejas y morena. Así que muchos de los que leeis ahora estas líneas, y que sois de latinoamerica podéis saber que un el gran y genuino Vampiro Blanco Lactferatuha estado a punto de intentar una negociación con una Fuente de vuestro continente.

Pero como aun tengo para días con mis costillas, tampoco era plan de que se montara en show en la cafetería. De no ser por eso y por que no iba sola, os aseguro que le hago una oferta, como en otras ocasiones me ha funcionado: "Dinero y vamos un rato a los servicios a que me des de mamar".

Lo único que he conseguido ha sido ir con una buena erección para casa. Suerte de la cazadora que he colocado delante de mi bragueta con mis brazos semi cruzados porque la evidencia se veía a simple vista.

He de estudiar el modo de poder hacer una aproximación a hembras así cuando surgen ocasiones así. Pero un modo discreto y que no despierte incomodidades. No tengo ganas de que me partan la cara tan seguido.

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