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Creando escuela

jueves, 2 de abril de 2009

A menudo nos enteramos de que muchas mujeres han encontrado excelentes empleos. Trabajos de pocas horas al día, pocas complicaciones y un sueldo anormalmente elevado para tales particularidades y un currículo académico justito. Entonces, salta la pregunta ¿Cómo coño las han contratado? Si seguimos con la teoría que mantenemos los hombres con sentido común de que el 80% de las mujeres son unas autenticas zorras obsesionadas con llevar tal personalidad viciosa lo más sigilosamente posible, la explicación es sencilla: Teoricamente hay tres escollos que deben superar y ellas ponen todo de su parte, aunque con el acuerdo, se supone, de que las “exhibiciones de cualidades” quedará entre el jefe de personal y ellas. No siempre es así. :-D

Vamos a describir esas tres pruebas que, aunque puede haber diferencias, todo va por lo mismo.

MOSTRANDO “EL OTRO CURRICULUM”
Se trata de ofrecer una visión más o menos clara de lo que mamá naturaleza les ha proporcionado a la hora de convencer a los hombres o en este caso "jefes de personal". Menos de las que convendría, para el deleite del macho, por desgracia pero las más putas, no lo dudan. Sobre todo si tienen grandes beneficios a obtener.

Aquí tenemos una muestra de la aspirante a secretaria de un bufete de abogados cachondos. Sin duda, es un “currículo” atractivo y apetecible de ser “estudiado” y “examinado” con calma.

No debemos dudar de que si la mujer ha llegado a estos extremos de presentación, sin duda, está dispuesta a hacerse con el empleo. Eso sí, probablemente, mantendrá un estatus de dar la sensación de sentirse “forzada” a la situación, por una necesidad extrema de hacerse con el puesto de trabajo. Evidentemente, mantendrá mucho las distancias para no dejar a las claras que es una autentica puta. ¡Eso nunca! El orgullo de una mujer es su principal patrimonio.

Llegados a este punto, la aspirante, hará todo lo que le pidan para que su ofrecimiento quede bien valorado. Usará todos los recursos o las tan cacareadas “armas de mujer” con eficiente maestría, si es que la tiene o en el peor de los casos con una perdonable buena voluntad que siempre ayuda mucho. Generalmente, a este tipo de zorras se las puede contratar por un periodo de 6 meses. Tiempo suficiente para que sea pasada por la piedra por el máximo posible de socios.

EXAMEN ORAL:
Sin duda, es una prueba delicada pero que los empresarios valoran mucho a la hora de contratar a una mujer. Es fundamental que durante la prueba oral, la mujer haya sido bien informada de lo que consiste para que no haya lugar a inequívocos. Sobre todo, teniendo en cuenta que puede que no haya habido “presentación de currículo” previo y se vaya directamente por “faena”. Si durante la prueba oral esta semi desnuda, al menos con las tetas al aire, para ser sobadas a placer, mejor que mejor. Pero eso no siempre es así. El hombre ha de ser paciente. Sólo un poco, eso sí.

Junto a estas líneas, podemos observar una secuencia de cuatro tomas que resumen el fracaso, en el último momento, de la contratación de la chica de la imagen que yo mismo tuve el placer profesional de "examinar":

Imagen 1: La mujer parece defenderse perfectamente bien durante el examen oral a la que se le ha sometido. La dedicación y concentración que pone en la prueba es loable. El examinador observa placenteramente la buena disposición y voluntad de la aspirante para hacerse cargo del puesto de trabajo ofrecido. Los movimientos de cabeza son rítmicos y la polla entra hasta provocar incluso algunas arcadas, cosa que siempre sienta estupendamente a los oídos de un hombre. Segundos después, la mujer comienza a recibir las potentes descargas de esperma. Aquí es donde se decide el otro 50% del éxito o no de la prueba.

Imagen 2: La joven, ha acumulado parte del néctar del empresario en su boca. La otra parte ha entrado producto de los rítmicos disparos, directamente a la garganta. La muchacha, justo en esta imagen toma conciencia de que está en el momento clave que separa ser o no contratada. Aquí se verá el nivel de zorra que tiene. Si mira al contratador y acto seguido comienza a tragar el semen, el contrato es casi suyo, pero si nos fijamos bien, algo ocurre. Parece dubitativa. El descalabro después de una excelente prueba realizada, se avecina. Intenta concentrarse y sus labios permanecen casi pegados al glande que hasta hace pocos segundos ha estado mamando con toda dedicación y práctica adquirida en su vida sexual privada o por instinto de buena hembra.

Imagen 3: La lucha por acabar de tragar el regalo de bienvenida que puede considerarse el esperma acumulado en su boca, desencadena una sensación de impotencia, asco y humillación en la mujer. Lo más inteligente sería tragar y sonreír. Pero la inteligencia de una mujer es relativa. Un comentario añadido de “La tiene usted muy rica, don Marcelino”, sería el broche de oro, la aprobación del examen oral y con alta nota. Casi cum laude. Pero no. La muchacha parece estar pasándolo mal. Es consciente de que todo lo realizado anteriormente, se desmorona y ve que se va con otra negativa por parte de una nueva empresa.

Imagen 4: EL FRACASO. El “¡Ohh… qué pena!” exclamado por los presentes o en todo caso por el decepcionado contratador. La muchacha escupe o casi vomita el esperma acumulado durante unos segundos interminables por parte de la joven. Sabe que todo ha terminado y de nada servirá incluso que ofrezca sus manos o pechos, aunque eso dependerá de la buena voluntad del contratador de aceptarlo o no, para un nuevo ordeño. Ha fracasado en su examen oral y no hay esperanza. La chica recogerá sus cosas y saldrá por la puerta del despacho. Probablemente le faltará tiempo para meterse algún caramelo en la boca o tomar algún refresco en un bar cercano. Si es algo inteligente, hará una reflexión sensata. “Debo mejorar a la hora de tragar la leche, sino no encontraré trabajo”. Enhorabuena, un nuevo comienzo.

Pero hay que romper una lanza a favor de estas aplicadas chicas. A veces, los hombres empresarios, somos puñeteros en extremo y cuando sabemos que pronto vamos a someter a un “examen oral” a una chica que busca ser contratada, hemos podido sacrificarnos hasta una semana entera sin depositar nuestro semen en ningún sitio. Así, cuando la aspirante recibe las descargas, son auténticos mares de esperma abundante, espeso y caliente.

La de la imagen, tuvo que luchar contra una de estas… “putadillas” :-D

Pero si todo ha ido bien en la prueba pertinente elegida, llega el momento sublime de estampar “el contrato”.

OTRAS ALTERNATIVAS A LA MAMADA:
Hay mujeres que ya sea como modo de sustitución frente al fracaso o negativa de practicar una
suculenta mamada rábica, que, por ejemplo, si tienen un buen calibre mamario, ofrecerán sus pechos para masturbar con ellos el decepcionado miembro viril del contratador. No hay que hacerle ascos a esa actitud voluntariosa de la candidata. De hecho, al contrario, puesto en este caso particular somos adoradores de las tetas de mujer, incluso debemos poner en práctica el pajeo mamario sea como sustitutorio o no pero si hay buenas tetas a nuestro alcance ES OBLIGATORIO casi pajearnos con ellas el rabo.

CONTRATACION DE MAMAS RECIENTES:
En este caso particular, mucho más específico por ser lo que somos, la posibilidad de decantarnos por una mama reciente, debe priorizar sobre una mujer sin hijos ya que, si somos Vampiros Blancos

¿Qué mejor que tener una asalariada que se preste a darnos de mamar sus pechos cuando se lo solicitemos? Para tener opciones de este tipo de contratación, deberemos aplicar una imagen de solidaridad y sensibilización por contratar mujeres en apuros economicos que han dado a luz recientemente.

FIRMAR EL CONTRATO:

Para ejecutar un contrato a una mujer, existe varios modos de estampado pero generalmente son dos. La firma vaginal o la firma anal. Si la firma es vaginal, el contrato puede ser de una duración de un año, prorrogable a otro. Eso sí, una vez se firma, la contratada sabe que en otras ocasiones deberá firmar otros subcontratos a modo de recordatorios. Si se opta por la firma anal, muy pocas veces porque son unas estrechas a la hora de que les den por culo bien dado, el contrato puede ser de dos años prorrogables a tres. Del mismo modo, deberá ir “firmando” nuevas cláusulas de “mantenimiento de los acuerdos”.

La escenografía de la estampación de la firma es como la última imagen de este artículo académico. La mujer debe colocarse en la posición perra y esperar la notificación de su jefe sobre el tipo de contrato que va a contraer con su empresa. Ella lo sabrá en el momento de que sea “conectada” por el coño o por el culo por la gruesa “pluma” de su nuevo jefe. A modo de solemnidad, puede haber otro testigo que le firme de nuevo por la boca un subcontrato de colaboración con él. Eso depende ya de cada negocio. La mujer, solo puede contribuir con buenos movimientos de cadera o lengua, agitación de tetas, a que la firma sea lo más placentera para los contratadotes aunque, también acabara siéndolo para la propia contratada aunque sea tan cínica de que lo niegue. No debe ni extrañarnos ni preocuparnos. Forma parte de su rocambolesca psique de mujer.
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