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Creando escuela

lunes, 26 de enero de 2009

Leche de enero

Lamento que estos días no haya estado mucho por el blog pero se me han juntado una serie de problemas y en el curro parece que se han cobrado un poco mis demasiado seguidas indisposiciones de las ultimas semanas, acumulándoseme el trabajo. Aprovechando que hoy he librado a las 14h, os cuento un poco que esta semana pasada, ocurrió algo.

Os parecerá una broma pero creo que con experiencias como la vivida el pasado día 20, un cúmulo de casualidades hizo que ante mis ojos se presentara una ocasión en donde un Vampiro Blanco es puesto a prueba y que dependiendo de su arrojo, su valor y por lo tanto su decisión, acabe disfrutando de la dicha.

La secuencia de las imagenes corresponden a una escena que contemplé el día que tuve que acompañar a una persona a un centro hospitalario y en la sala de espera se encontraron por un lado un VB, yo y una Fuente. Lamento que las imagenes sean tan malas de calidad pero es lo que tiene ir con un movil de hace casi 8 años con una camara de un pixelado ridículo. Sí, ya se que debería renovarme un poco pero prefiero invertir en otras cuestiones. Ya lo sabéis. Y de hecho, gracias a ello pude disfrutar de esa mama que aparece a las casi dos horas de hacer esta grabación de la cual os ofrezco los fotogramas.


Los dos primeros fotogramas corresponden a la mama dando la teta a su niña. La verdad es que filmar con tanta gente alrededor esa escena era de lo más peligroso que podía hacer, dadas las circunstancias, asi que entre que tomaba o no la decisión de filmar algo, perdi la ocasión de hacer alguna foto mejor, en algunos movimientos en donde la mama asomaba la teta que tenía metida en la boca de la niña. Qué decir que mi polla empezó a dar brincos dentro del pantalon y la boca se me hacía agua. El resto ya lo veis, planos de la madre y la que parece ser la abuela de la pequeña, que, no se yo, me dió la sensación de que intuyó mi interés por lo que hacía su hija. Eso sí, más interés ponía otro hombre que estaba justo al lado de ella, que ese sí miraba de modo más descarado que yo.

Lo veía francamente complicado intentar cualquier sútil contacto aunque la madre y yo nos intercambiamos algunas sonrisas. Algo me dijo que, cuando menos, me encontraba ante una mujer extrovertida y animosa. La fortuna hizo que tanto la persona a la que había ido a acompañar como que la abuela guardiana se alejó un rato, unido a que alrededor de ella, de la madre, hubo más espacio libre, decidí desplegar mi don de gentes y situarme al lado de la mujer.

Con mucho tacto fui averiguando cosas de ella. La niña tenía unos 8 meses. Me dijo que estaba malita y por eso la llevaba al médico. Intentando ir a lo rápido, porque no sabía cuanto tiempo ibamos a estar solos, hice dos averiguaciones cruciales: una que se había quedado en paro y otra que estaba buscando urgentemente trabajo. Por la forma en que me lo dijo, intuí que la pequeña dependía en gran parte de ella y sus abuelos. No mencionó en ningun momento esposo o marido o pareja. Eso me llamó la atención.

Como la conversación podía interrumpirse en cualquier momento, puse gran parte de la carne en el asador y después de asegurarme de que un dinero le podía ir francamente bien en ese momento, se lo solté susurrantemente pero a quemaropa que tenía algo que a mí me interesaba y que estaba dispuesto a compensarla de algún modo.

Me miró incredulamente. Una mirada que conozco bien entre perplejidad y curiosidad a partes iguales. Con dicha mirada me invitó a que terminara. Y terminé. Le dije deseaba poder beber leche materna y a cambio de esa molestia, podía darle un razonable cantidad de dinero por 15 minutos de su tiempo.

De nuevo sentí esa explosión de adrenalina que me indicaba que estaba a punto de vivir una situación de lo más incomoda o que el tema podía tener algún futuro. Sin perder esa mirada de perplejidad, mantuvo un silencio que duró demasiado para mí. Le aclaré que si se había sentido ofendida o incomoda que, no era mi intención y podía irme por donde había venido. Pero ella solamente hizo una mueca de sonrisa. Me dijo que le parecía alucinante estar viviendo esa situación pero que le parecía una persona responsable y educada, "tanto como rara". Le sonreí y le dije que eso no era incompatible con el respeto y que no pretendía faltarle a eso. Solo era una propuesta. Entonces le recalqué que no buscaba lo que ella se imaginaba, sino solo beber un poco de su leche. Volvió a quedarse en silencio. En ese momento apareció la abuela guardiana y sí que entonces temí que la cosa pudiera descontrolarse pero no paso nada. Quedamos en silencio. Hasta que las llamaron a consultas.

Lo di por perdido todo pero relativamente conforme de que no se había montado un escándalo.

La persona que había acompañado al médico, salió y me dijo que podía volver a casa sólo. Le dije de acompañarlo pero solo me pidió que lo hiciera hasta un taxi. Ahí lo tomó y yo... volví a subir a la planta...

Espere y por un momento pensé que en esos momentos en que había salido con el compañero ella ya había salido de la consulta y por lo tanto todo había acabado. Pero no fue así. De nuevo salieron las tres y ví que la abuela se quedaba con la niña y la madre se encaminaba con alguna prisa al mostrador cercano. Yo mantuve las distancias pero sabía que ella me tenía presente porque me había mirado varias veces. Al terminar, y asegurandose de que la abuela no nos veía, se me acercó y me dijo si conocía una tienda de ropa cercana. Le dije que sí. "¿Cuanto me darías?" Me preguntó. "50 euros, 15 minutos" "Solo de aquí aquí ¿eh?" y muy sutilmente se marcó desde la zona del hombligo hasta la altura de los hombros. Le respondí que tenia mi palabra. Entonces fue del todo concreta: "Dentro de una hora en la entrada".

Los que me leéis sabeis que llevaba mucho tiempo sin amamantar unos pechos llenos de leche, asi que os podéis hacer una idea de lo lenta que fue esa hora de espera, que al final fue un poco más y sobre todo con la inquietud de pensar que tal vez se iba a presentar con el marido o peor aun con la polícia por degenerado. También llegué incluso a convencerme de que ahí no se iba a presentar nadie y que podía ser su modo de darme una lección. Me preparé para esto último, como el mal menor.

Pero la cosa fue distinta. Cuando pasaban 10 minutos de la hora establecida, la vi llegar a lo lejos. Iba sola y no podía decir que su rostro fuera agrio o excesivamente de incomodidad. Me dijo que la siguiera y entramos en la tienda. Comenzó a mirar unas prendas y yo la acompañaba. Asi estuvimos otros largos 20 minutos y al final se hizo con varias piezas y se dirigió a los probadores. Me dijo que la acompañara y no me hice repetir. Pasamos por el lado de algunas personas y no parecia nada extraño ya que, se suponía, iba a quedarme fuera del probador, pero ella abrió la puerta y mirandome me dijo que entrase con ella. Estabamos bastante apretados pero en pocos segundos, el jersei estaba subido y los sostenes de lactancia (¡Cuanto hacía que no veía unos así!) asomaron. Me preguntó si tenía que sacarselos. Le dije que sí aunque dudé por unos intantes... mamar con el sujetador de este tipo puesto... pero me pudo más el hecho de ver totalmente libre esos pechos que hacia menos de dos horas, había visto de refilón y en poquisismos segundos.

Aunque un poco más pequeñas y caidas, las tetas que me ofrecieron sus respetos a mi mirada y mi vicio tenían un aspecto similar a estas que véis ahora. El olor de teta lechosa enseguida entro por mis fosas nasales y me puso de lo más cachondo. Me agaché lo suficiente para que sus pezones quedaran a la altura de mi cara y me llevé la teta izquierda a la boca. Volví entender la esencia de ser VB. La pasión que a todo lactofilico le atrapa sin remedio ante unas ubres lechosas de mujer y comencé a dar unas intensas succiones que hicieron que, al menos en las primeras, oyera como un leve quejido o un "joder" de ella, como si no se esperara semejante extracción. No se si por mi intensidad o por mi vicio, tuvo que apoyar su espalda en la pared del probador y sus manos primero sobre mis hombros, acabaron en mi cabeza, primero intentando como controlar las succiones y luego haciendome un claro masaje capilar.

Al apartarme unos instentes del pecho izquierdo este me regalo un potente chorro de leche hacia mi cara. Era como una fuga y pude escuchar muy susurrantemente como decía "Ay dios mio a ver como parare esto luego..."

Ahí dentro era ya Lactferatu. Seguro que mis pupilas se habían vuelto blanquecinas al llenarse de leche mientra succionaba ambos pechos como si se me fuera la vida. Hay que vivirlo, amigos mios y si alguno de vosotros lo ha vivido como yo, estoy seguro de que entiende lo que se siente. No pareció molestarle que entre succiones amasara y magreara sus pechos y la señál de que no era ajena a las sensaciones, comenzaron a manifestarse a modo de respiración acelerada y gemidos muy ahogados.

Estaba segurísimo que sus bragas estaban encharcadas porque se notaba que tenía las tetas muy sensibles. Me sentí poderoso... borracho de poder.

Podría haberme pasado horas, os lo juro. Estaba recuperando el tiempo perdido. Tantas semanas sin mamar leche materna de mujer... pero entonces noté sus toques leves sobre mi cabeza y paré. Se había terminado el tiempo. Ella tuvo que cogerse ambos pechos unos segundos y entre el antebrazo y la mano taponó un poco el goteo y semi chorro de leche que aún salió. Me quedé absorto mirando la escena y mi pantalon ofrecía un bulto considerable. Ella buscó con una mano en su bolso y sacó pañuelos de papel que se aplicó a ambos pezones. Asi estuvo un par de minutos esperando que eso parase de brotar y aunque miró mi zona paquetal y me pareció que sonreia, el pacto era el pacto.

Saqué 50 euros y se los dí. Ella se puso los sostenes de lactancia de nuevo y se tapó con la camiseta. Se metió un chicle en la boca y me ofreció uno. Desistí. Quería quedarme con ese sabor sutilmente dulce de su leche en la boca. Me dió un par de besos y recuerdo muy bien su despedida que, me entristeció un poco.

"Hasta núnca".

Por lo menos, creo que podre aguantar unas semanas más hasta la próxima vez pero sé que con estos riesgos, algún día me meteré en un lio serio. Pero nunca olvidaré a esta chica porque hizo sencillo lo incomodo para la mayoría de mujeres en las mismas circunstancias. Creo que si hubieran muchas mujeres así, los VB no pasariamos tanta necesidad.

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