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Creando escuela

martes, 17 de febrero de 2009

Por la boca muere el pez

Ya se que tengo algo abandonado PM últimamente pero no es por ninguna razón en especial. Sigo con mi curso de jardineria y trabajando en unir lazos con las hembras del curso que me resultan tentadoras. Al menos hay tres, entre los 29 y 42 años que no estan nada mal porque andan bien provistas de volumen mamallero y eso es lo principal.

Lo que os quiero contar un poco así por encima es lo que me ocurrió este pasado sábado de madrugada en una discoteca de las afueras de mi ciudad. Fui con el grupo habitual con la idea de despejarme y descargar adrenalina acumulada. Después de los ultimos intentos de caza, todos ellos sin resultados, no iba con demasiado optimismo en ese sentido. Asi que el plan era beber y observar el genero, siempre eso sí, con la polla lista para cualquier asalto que mereciera la pena. Lo que no me imaginaba es que iba a ocurrir lo que ocurrió.

Como siempre sucede, mis compis fueron desplegandose en plan en busca de zorras algo bebidas y yo opté por mi clásica actitud de Halcón espectante. Junto a la barra y mi fiel compañero Ron con CocaCola. Con mi indumentaria clásica de una camisa blanca, para ser visto con algo más de facilidad en ambientes oscuros, esperé con ambos codos apoyados en la barra, dando a ésta mi espalda. El rato pasaba y no veía especialmente nada interesante, hasta que me fijé en un grupito de unas 5 chicas peligrosamente jovencillas que no hacian mas que simular bailar y reirse tontamente. Calculé que ya estaban algo ciegas de alcohol y me pregunté si los seguratas, habían hecho lo de casi siempre: la vista gorda ante chavalas, aunque puedan ser menores y los tios registrados hasta debajo de las uñas. Al menos en esa discoteca de la que hablo

El rato pasaba y entonces fué cuando ví que se acercaba una de las chicas de esa grupo. Morena, cabello largo liso hasta la cintura. Se situó al lado mio y pidió algo. Algo me decía que podia ser eso una excusa para decirme algo. Noté un pequeño tirón de polla y la tuve que calmar con mis pensamiento que ultimamente me actuan como bromuro: "Me cagon la puta. Estoy sin curro". Noté entonces que me tiraban levemente de la manga de la camisa en dirección donde estaba la chica y vi que quería decirme algo. Me tuve que acercar más con el oido.

Ella- ¿Estas solo?
Yo- No. Mi mamá esta por aquí cerca. Ha ido a buscarme un vaso de leche.

Emitió una risa nerviosa. Estaba bastante acalorada y no sólo de bailar. Su aliento no era precisamente amentolado e indicaba que había bebido más chupitos de la cuenta.

Ella- ¿Y no te deja bailar tu mama?
Yo- Solo las canciones de los Lunnis

Conseguí una nueva risa de la chica. "Esto va bien, pero pidele el DNI antes de tirartela" Me dije.

Entonces entendí todo cuando me pregunto. entre risitas lo siguiente:

Ella- Mis amigas y yo creemos que la tienes pequeña.

Reconozco que me dejo decimas de segundo descolocado. Eso tenía pinta de encerrona o de apuesta con sus amigas de que no iba a ser capaz de decir a un hombre algo asi pero, afortunadamente, Depravator tomó el control de mi mente casi al instante y de modo... demoledor.

Yo- Seguramente que para las bocas que tenéis sí.

Sonrió pero como el que ha recibido un pisoton doloroso en el pie. Me dijo "adiós" y se alejó hacia el grupo. Vi que volvian a hablar y reirse de ese modo que solo saben hacer un grupo de mujeres medio borrachas y desmadradas. Viendo que me miraban a ratos, elevé el vaso de tubo en actitud de saludo.

Cuando ya pensaba que el tema había sido zanjado, ví que ella se acercaba de nuevo pero esta vez con otra amiga. Cabellos rojizos teñidos, y algo rellenita. Mamariamente, también estaba apetecible aunque prefería a la anterior. La morena volvió a reclamar mi atención.

Ella- Si me das 30 euros te la chupo en los reservados.

La miré y sonreí.

Yo- Mejor me enseñas el DNI para asegurarme que eres mayor de edad y si todo esta en regla, te enseño lo que es tener un par de orgamos con un hombre y no con un crio.

Ahí le di de lleno. Y quien me respondió fue su amiga.

Amiga- ¿Tú eres un poco gilipollas, no?
Yo- Puede pero yo lo llamo ser responsable.
Amiga- Para que te enteres, tenemos todas más de 18 años y hemos follado más que tú.
Yo- Eso seguro. Llevo un año nefasto en eso.
Amiga- No me extraña. Te jodes, por borde.

Entonces miré a la morena y le dije: Te doy el doble si me enseñas el DNI y vamos a un lugar tranquilo.

Ella- Ahora creo que sola contigo no iria a ningún sitio.
Yo- ¿Es que querrías público?

Las dos volvieron a irse y entonces sí que creí que todo quedaba en eso. El tiempo paso y nada más. Mis colegas tampoco habían tenido demasiada fortuna y nos reagrupamos en un rincón de la sala. Al cabo de unos instante, noté de nuevo la presencia de la chica morena y que llevaba algo en la mano. "¿Espray de pimienta?" pensé... pero no. Era su DNI. Y me lo dió. Mire y sí, Joanna nacida el 15 de noviembre de 1990. Por lo tanto, mayor de edad. El semáforo se me puso en verde al momento.

Se lo devolví y entonces le pedi a mi colega un papel y un boli. Papel sí, boli nadie llevaba, asi que le pregunté si tenia un pintalabios o algo con lo que poder escribir. Me dió un lapiz de su bolso. Odio los lápices, pero me servía. Apunté mi numero de movil y me acerqué a su oido.

Yo- Piensatelo, ¿vale? Ya sabes... haz el amor y no la guerra.

Ella me miró y sonrió. Guardo el papel con bastante rapidez porque estaba claro que no quería dar explicaciones al resto de chicas. Al parecer, había hecho una escapada secreta mientras las demas estaban saliendo de la sala.

Mi polla la saludó desde dentro de mi pantalon. Los colegas, me llamaron "asaltacunas" pero les dije que iba camino de los 19 años a no ser que fuera un DNI falso.

Y es que hace bastante que no empotro rabo en coño tan joven. Pero tengo principios y no consumo carne que no haya cumplido la mayoría la edad. Aunque no voy a ser un hipocrita y decir que estoy harto de ver por la calle chicas de 16 y 17 años con cuerpos de 20 y 23 años... cosas realmente impresionantes. Pero hasta alguien como yo, tiene algo de decencia.

La pregunta ahora es simple y de respuesta más bien evidente: ¿Usará el movil para llamarme? Creo, sinceramente, que no.

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