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Creando escuela

lunes, 3 de noviembre de 2008

Zorras en Halloween

La noche del pasado 31 al 1 de noviembre, acudí a una cena con un grupo de ex compañeros de mi anterior lugar de trabajo. La excusa fue la Noche de Halloween y aunque ahí nadie fue disfrazado, vi a varias zorras y algunas vampiras de buen ver. No eran mis excompañeras sino, para mi desgracia, esposas o novias de mis excompañeros aunque algunos casi ni los conocía.
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La cosa fue pues como puede ir cualquier cena de más de 18 personas y tuve ocasión de ver como le había ido a cada uno y una desde que me fuí. La mayoría parece que bien pero con la crisis hay bastante preocupación porque mi ex empresa se tambalea en el abismo de la drastica reducción de plantilla. Había una pareja especialmente preocupada. Hipoteca, niño de 2 años y medio... él sin curro... Aun me pregunto qué coño hacían ahí cuando el cubierto se iba a los 60 euros, pero bueno. No era asunto mio. Aunque la hembra de la pareja, empezó a interesarme.



Como podéis ver en las fotos, no estaba nada mal. No puedo decir su nombre por lógicas razones de anonimato pero al final parece que tuve una noche de suerte ya que, la pareja discutió despues de la cena, en la sala de baile donde fuimos y él se marchó, dejando a la pichoncita desamparada, desprotegida y además con algunas copas de más. Demasiado tentador para que un cazador como yo se desentendiera de la oportunidad. Así que, batí mis halas de halcón en busca de su presa.
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La táctica de la simpatía y la comprensión, si sabes explotarlas bien en sus justas dosis, como la araña que administra el sedante y posteriormente el veneno, obra milagros. La nena fue dificil de acceder al principio por aquello de que se organiza el circulo de hembras consoladoras de la momentáneamente despechada. Así que tuve que aguardar un poco. Me encantó comprobar que seguía acudiendo a la barra y bebiendo alcohol. Solo había que comprobar qué tipo de reacción le provocaba. Si sueño o desmadre. Fue más bien lo segundo.
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Cuando al final pude contactar directamente con ella la charla fue por los derroteros habituales que un hombre puede mantener con una mujer que acaba de conocer. Nada profundo hasta que notas que se abre un poco a tí. Me contó sus penas. No eran pocas. Había conseguido convencer a su marido para salir aquella noche después de una vida de claustro por el tema económico y la cosa había acabado encima así. Me contó que estaba bastante harto de él, que era un soso y un aburrido pero que ahora tenían un hijo en común y lo primero era el niño. Blablabla. Perdonadme pero ¿qué coño me importaba a mí todo eso teniendo un manjar así a tiro? Mis ojos se me iban a todo su cuerpo y especialmente a sus tetonas. A ratos parecía poder ver ciertas transparencias de sus sostenes y eso animaba a mi aguijón lechoso dentro del pantalón. Ansiaba "picarla" lo antes posible.
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Me tuve que abrir entonces un poco yo y con mi innata simpatía, conseguí que más de una vez su mano se posara en mi hombro o en mi rodilla. Eso iba bien. El tiempo pasaba y ahí se iba poco a poco marchando gente. Eran momentos críticos ya que la mayoría se preocupaban por ella por "cómo iba a volver a casa". Ella respondía que pediría un taxi pero que no tenía aun ganas de volver.
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Tenía que aguantar alguna mirada de no demasiados amigos de alguna de mis ex compañeras porque... bueno uno se labra cierta fama por ahí donde pasa y el rumor de que en mi época en este ex trabajo, había pasado alguna por mi piedra, seguía latente. En pocas palabras... parecía que tenían claro que mi idea era follarme a la despechada. Qué putada que a veces se me note a ojos de tanta frigida o putita celosa.
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El tiempo pasó de tal modo que al final quedaron unas cuatro parejas más y fue cuando ella decidió marcharse. "Hala, al volver al purgatorio. Sino fuera por mi niño..." Me dijo. Al levantarse tuvo serios problemas para mantener el equilibrio y tuve que sujetarla un poco. Mientras se despedía, una nueva ofensiva a modo de "¿Te llevamos a casa?" tuvo como respuesta continuos "No, cojeré un taxi" De ella. Me mantuve callado pero tenía que seguir soportando alguna mirada criminal de alguna de las que ahí quedaban. ¡Joder! que fama la mía...
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Les dije que le acompañaba a la salida a por el taxi y yo de paso también me iba a casa. Fue entonces cuando oí una voz femenina detrás de mí a un par de metros que dijo "Cuidadito con lo que haces". Sonreí un poco pero ni me giré. Me hice el despistado. A la salida, me aseguré de que ibamos solos y le propuse llevarla con mi coche a casa. Momento decisivo. Primero se negó. Quería un taxi y yo insistí. Entonces me miró con una cara que... en fin no sabría muy bien describirla porque yo soy un vicioso extremo asi que es mi interpretación pero parecía que entendía "Tú quieres que follemos ¿no?"



Follar en un coche es complicado. Hay que reconocerlo pero las opciones de llevarte a una zorra tan buena a casa, estando casada, con hijo incluido y medio bebida no siempre es posible. Los cristales estaban porosos por el intenso calor interior. Los asientos abatidos y yo sobre ella. Medio desnudos. Sabía que tenía buenas tetas y lo estaba comprobando en esos momentos. Había dejado el coche en una salida de autopista y apagado todo y la estaba devorando. Claro que ella no se quedaba muy atrás. No se veía muy bien pero tenía unas tetonas deliciosas. Los pezones café claros y una buena manchada a modo de aureola. Un poco caidas las mamas pero poca cosa. Le pregunté si había criado ella a su hijo y me dijo que si pero solo un mes y medio. Lo imprescindible. Supongo que notó que daba profundas succiones por si... en fin... pasaba algo pero no. Solo sus gemidos y como buscaba con sus caderas que mi polla quedara a la entrada de su raja humeda. Se la empotré de un solo tirón como si fuera mantequilla su coñito. La bombee un buen rato y ella me enroscaba con sus piernas. Era dificil no darse contra algo pero no importaba. Le magraba duro los pechos y le mordía el cuello. Mis manos pasaban por detras de su culo duro y potente. Cambiamos de posición y ella se puso sobre mí. Me cabalgó como una posesa y yo combinaba agarradas de sus tetas con apretones en sus nalgas. Ella hacia ese movimiento de frotamiento y entrada de mi polla con su pelvis.
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Follaba como una autentica puta. Le brinqué pegandole pollazos hacia arriba pero ella seguía buscando que su raja, su clítoris se frotara con mi tronco fálico que aparecía y desaparecía freniticamente de su caverna. Al cabo de un rato asi comenzó a tener espasmos y a decir "me corro, me corro" con una voz que parecía más que placer, sufrimiento y ver su cara que parecía ir a juego con ese tono, parecía que incluso le sabía mal correrse pero no podía dejar de buscar el orgasmo. Yo comencé también a echar mis disparos embobado por el morbo y la llené bien. Ella se dejó caer sobre mí aplastando sus tetas en mi pecho. Sus pezones parecían piedras. Mi polla estuvo un breve rato palpitando en su coño hasta que salió por si sola.
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Nos limpiamos como pudimos y nos vestimos. Durante todo el viaje no volvimos a hablar. Solo un adiós y casi sin mirarme.
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Lo que pasa siempre: el coño les pierde y luego el cerebro les riñe.

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