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Creando escuela

lunes, 26 de noviembre de 2007

La mamada de la adultera


¿Sabéis?, tengo un dilema, por un lado me gustaría poder colgar aquí la imagen de la adultera que ayer consegui tener de rodillas ante mi rabo, con el sueter subido, las copas de los sostenes también y succionandome el rabo , en los lavabos de un restaurante en el cual cuincidimos. Se hicieron fotos antes de ese momento pero como también se lo puteado que ha ido el novio o futuro marido, que a principios de año llevó unos cuernos de unos 4 palmos de alto, no es plan que, por casualidad, alguien la reconociera y se lo comunicaran.

Lo importante, es que ayer me ensalivaron a conciencia el nabo y enmorraron sus labios en mis cojones, despues de que yo ensalivara un rato dos tetas más bien caidas ya que hace unos 3 años, la mala puta parió un hijo y sus tetas no han soportado el trajin del hinchazón lechero (que se le pusieron realmente apetitosas) y luego hubo la "caida", en su caso, bastante salvaje. Sin embargo, unas tetas, son unas tetas y unas tetas de 26 años siempre deben ser apropiadamente magreadas y mamadas si surge la ocasión.

No entraré en detalles de como conseguí tenerla limandole la garganta y la lengua a penas unos diez minutos, pero tuve que emplearme a fondo para hacerle entender que podía crearle problemas no hacerlo. Asi que en la sobremesa de la comida, acabamos los dos desaparecidos de la mesa y en un lavabo de tullidos, ella poniendo tanto interes, como asco y rabia, pero lo más importante, mamando como una autentica puta vocacional. Y eso que sabía que no era de lo que más le gusta hacer, por lo que la humillación era más placentera para mí.

Ella mamó y tuvo al menos unas 3 arcadas, cosas de mis ansias por joderla bucalmente y que me hacían jalarle los cabellos y estrellarle ritmicamente su cara contra mi bajo vientre. Se fue poniendo congestionada por momentos y el morbo de verla con sus gafas puesta, como si fuera una servicial secretaria y sus tetas caidas pero de buenas aureolas rosadas danzando hacia adelante y hacia atrás, me hizo correrme aunque ella se apartó bastante rápido. Creo que solo le entró en la garganta un disparo, potente y abundante, pero el resto, le salpiqué la cara y los cristales de sus gafas... Exquisito.

Luego se preocupó bien de arreglarse y sobre todo limpiarse la cara de manchotes de mi leche. Hubo un instante que se puso bastante nerviosa al ver un manchote de lefa en una zona comprometida de su sueter. Agua y jabón y luego debajo del secador, solucionaron parcialmente el problema.

Al volver a la mesa, la excusa fue que habíamos fumado dos pitillos seguidos fuera. Solo que ella, había "fumado un habano".

Zorra adultera...
(pulsar sobre la foto si queréis)

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