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Creando escuela

lunes, 5 de noviembre de 2007

Acción, reacción.

Cuando un cerdo como yo lleva tanto tiempo sin catar hembra, las neuronas se le encharcan de dos cosas: testosterona y esperma. Eso hace que necesites joder a alguna zorra como sea y empleando los medios casi que sean.

Por suerte, uno tiene cierto "carisma" y también contactos. Se me ocurrió, aprovechando este pasado largo puente, que tal vez era el momento de poner gran parte de la carne en el asador. Así que fui en busca de uno de los ultimos cornudos con novia zorra que he conocido en la red y se me ocurrió proponerles una visita. Claro que la visita se las traia porque no era en mi ciudad, sino en Madrid, con lo cual, había que dedicarle una pequeña inversión a la operación. Como tampoco soy un suicida, preferí asegurarme con unas gestiones previas.

Todo fue como la seda y el asunto acabó con acuerdo: la madrileña de la fotografia, cuyo nombre es Miriam, edad 28 años, se había encaprichado de mi barriguita y, velludez y gruesa rabonada y quería que la "usara" a mi antojo.
Tengo familia en Madrid, así que pensé que, en el peor de los casos, haría una visita a dichos familiares si finalmente el tema no cuajaba.
Pero cuajó y resumidamente, os puedo decir que acordamos el encuentro en un apartamento "de unos amigos" de la pareja. Estaba más nervioso el noviete que la chavala en cuestión. Me había adelantado ya el novio que a Miriam se la habían follado desde que habían pactado estas experiencias, unos 4 machos más. Yo iba a ser el 5º. La cosa pintó tan bien que hasta me permitió hacerle una foto que es la que ténéis ocasión de ver. Me hubiese gustado no haberle puesto protección en el rostro pero tampoco es plan, como digo siempre, de que un día vaya por la calle y de repente se vea a cuatro patas tomando por la boca y por el coño, aunque al noviete, eso le encantaría.
Miriam accedió a la fotografia que fue tomada como unos 15 minutos antes de tenerla con su cabeza en mi rabo mamandome el cipote, ante la atenta mirada de su noviete cornudo. ¡Cómo mamaba, la mala puta! A medida que iba usando a Miriam, veía que su novio había sido fiel a lo que me había contado de ella. No había exagerado lo más mínimo. Se portaba de cojones, la nena. Mamaba de ordago. Tenia unas tetas talla 90 con una buena coronación de pezones rosados. que pueden atinarse un poco si os fijais más en la foto (lástima que no quiso quitar las manos, pero no se puede pedir todo) Su coñito no estaba rasurado pero si perfectamente arreglado. Estuve unos buenos minutos ayudando a que se mojase lo suficiente para admitir o "soportar" mis vergadas. Miriam gimió un buen rato mientras le latigaba con la lengua su abultado clítoris y toda su rajita. El único problema es que su novo pedia que hablase un poco a medida que iba usando a su novia porque eso le ponía. Quéría sentirse... algo así como humillado.
Tengo experiencia en estas actividades y además me pone a cien poder follarme a hembras casadas o comprometidas aunque no todos encajan bien al final que sea asi si estan delante. Pero ahí estaba el cornudo cabron pajeandose viendo a su novia gemir como una puta y yo devorandole la cueva que al poco rato más, empecé a taladrarle. mmm delicioso y aun me quedo corto. Alternamos posiciones del misionero, cuatro patas y también la folle contra la pared. Era de los coños más estrechos que había catado en meses y me extrañó por lo que me habían dicho de que habia provado más pollas... No dije nada.
Mientras la embestia le sobaba a gusto las tetas que encontre muy duras e inflamadas, supongo que en parte por la excitación porque los pezones los tenía como piedras, y le decia al cabroncete de su novio lo bien que le encontraba a la perra y lo voluntariosa que era.
Entonces le propuse empitonarle el culo. Miriam no pareció nada convencida pero su novio me dió a entender que era todo mio. Así que me puse un poquito "dominante" y aplanandola en la cama boca abajo, con cierta resistencia simulada, acabé por notar que mi glande chocaba con su ano. Le dije que se relajara un poco y ella cerró los ojos apretando y mordiendo la almohada (qué curioso que lo hagan la mayoría, eso) y entonces empecé a reventarla. Tuve que presionar su cabeza un poco más contra la almohada para amortiguar sus gritos de dolor pero notaba que no se resistia más. Miré a su noviete y me dijo algo asi como que "le está gustando, tranquilo". Así que seguí empotrandola analmente hasta que tres cuartas partes de mi polla estuvieron en su estrecho agujerito. Luego ya fue más cómodo... a la decime envestida, aquello ya estaba aceptablemente dilatado y el bombeo fue continuado. Miriam, mordia almohada y apretaba mucho los ojos mientras brincaba debajo de mí como una muñeca sin voluntad. Yo le pasé la mano por debajo para masturbarle un poco el coñito y asi "aliviarle el sufrimiento" aunque me encontre la suya en la zona ya que se masturbaba asímisma.
Todo cojonudo hasta que le regalé mi lavativa de leche. Uf... me dejó seco. Bueno digamos que su culo me dejó seco. Al salir, algunas normales manchitas rojas de sangre que es inevitable sino usas lubricante en esas zonas pero yo soy asi...
Al terminar, Miriam se fue al baño y su novio y yo estuvimos comentando "la jugada". Al cabo de un rato, Miriam salió y me dijo que había sido un animal. Me temí una bronca monumental pero lo que hizo fue simplemente reclamar su orgasmo. Estaba como herida en su orgullo. Se arrodillo al borde de la cama donde yo estaba sentado hablando con su cornudo noviete y encajó sus tetas en una simpática aunque dificultosa cubana. Una tala 90 forma un buen canalillo pero no te cubre todo el tronco del rabo, sobre todo si este de los gruesos. Pero le puso ganas, la zorrita, ya que además combinaba su lengua en mi glande. La mala puta no tenía complejos.
Asi estuvo unos minutos hasta que considero que mi polla estaba en condiciones para que le diera su parte. Me empujó por el pecho para tumbarme en la cama y comenzó a penetrarse ella misma encima mio. Fue la locura. Menudo jinete... sin complejos... montandome como una perra en celo... Magreandose y cogiendome las manos para magrearle yo las tetas y sobre todo y lo mejor... insultando a su novio. Aguanté como pude hasta que noté que se contorsionaba y temblaba, deteniendose y cerrando los ojos. Un gemido bastante largo y escandaloso, dió permiso a que le escupiera la segunda corrida, esta vez en su coño hambriento, al cual alimentaba en esos precisos segundos.
Cayo rendida a mi lado y mi polla apareció a los ojos de su novio, el cual tenía la suya en la mano empapada de sus semen por la paja.
Me permitieron darme una ducha y al salir aun vi como su novio se la estaba follando. Según me dijo, quería "notar mi leche en su polla en alguno de los agujeros de su novia". Preferí irme al mueble bar y servirme una copa porque no quería volver a perder los papeles y follarme a la puta de nuevo. Además, me dio cierto asco eso de que el novio quería catar mi leche en su rabo cornudo.
Al despedirnos, Miriam me dijo que debía intentar ser menos agresivo o impulsivo, pero que de todos modos, me había portado muy bien. Me sentí como saliendo de un examen... jajaja, zorra. Eso sí, le pregunté si habría otra ocasión. Miriam, siempre delante de su novio, se limitó a darme un lametón en mi oreja y surruró "quizas".
Supe, que no habría otra ocasión. Pero... que me quiten lo catado.
Luego me presenté en casa de la familia con esa cara de no haber roto un plato en la vida... si supieran...

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