Entre Fuentes

Adaptandome a los nuevos cambios que suponen de nuevo estar en el dique seco, entiendase sin empleo estable, eso supone que mi poderio economico aún se ve más mermado que antaño. Aun recuerdo aquellos tiempos, no hace más de dos años y pico, en donde un billete de 50 euros, diferenciaban la posibilidad de poder mamar unas tetas llenas de leche a no hacerlo. Ahora, sin ese billete de emergencia que siempre llevaba encima, las opciones de poder enganchar un par de tetones repletos de Maná alimenticio de todo VB que se precie, provoca una sensación de impotencia o desmoralización considerable.

Si a ello unimos que, como ya dije, estoy en un bajón general por querer ir actualizando los dos blogs que dirijo, la cosa pinta fea. Pero hay que ser consecuentes y no sería justo que, llegado hasta aquí, con el volumen de visitas totales que ha alcanzado Pasión Mamaría, me diera por pasar el testigo a otro (cosa harto improbable porque sois aun más vagos que yo) y otorgarme el nuevo estatus de colaborador ocasional.

Dicho esto, vamos a lo que interesa:

Leche materna, rica, apetitosa, obsesivamente necesaria para nosotros, los Vampiros Blancos del mundo. Sigo en un territorio muy reacio a conseguir tomas voluntarias de madres recientes.



El otro día, sin ir más lejos, estuve en un chat con hasta 4 mujeres lactantes. Por supuesto, solo hablaban de sus bebes y sus pechos. Se notaba a simplemente ese carácter genuinamente egoista de estas hembras lechosas que solo saben hablar de lo mismo. Sin embargo, hubo momentos realmente cachondos porque con toda naturalidad o casi me atrevería a decir que con cierta mala intención de provocarme indirectamente (ellas sabían que era hombre y defendia la opción libre de la lactancia a adultos) hablaban de como en situaciones rutinarias del dia, notaban una inchazon de pechos o simplemente se les escapaba a chorros la leche hasta el punto de precisar toallas para recoger la leche derramada accidentalmente.



Hablar así ante un Vampiro Blanco hambriento, no deja de ser una tortura pero aun asi, me tuve que contener en el chat para no ser rechazado y poder acudir en otros momentos determinados en busca de alguna lactante de mi zona de caza. Pero fue dificil, tanto hablar con ellas como soportar los comentarios que escribian. Alguna, se comportó en plan "borde" cuando comentaba algo con el maximo de los respetos y midiendo las palabras con mucho cuidado de todo lo que decía. Pero no le caí bien. Uno de sus comentarios fue "me sorprende lo que dices porque la leche materna sabe mal". Comprendí que la muchacha, por otro lado primeriza en esto, no sabía muy bien de lo que hablaba y le repliqué que el sabor mejor o peor dependia también de la dieta que hiciera. Si fumaba, si bebía alcohol, por ejemplo, la leche es más desagradable. Bastante más. Si por el contrario, su dieta es abundante en frutas o depende qué hortalizas, la leche es indudablemente rica y apetitosa.

Volveré a ir a ese chat y seguiré buscando. La caza no descansa.