En definitiva, entre los reposos, los traslados medicos y sus cuidados, a penas estoy encontrando tiempo para deciros alguna cosa.
No os podeis ni imaginar las ganas que tengo de volver a ser el de antes... pero eso no depende ahora de mi de forma exclusiva sino del destino que me alcance. Somos una estirpe debil frente a la muerte y no es necesario estacas en o decapitaciones para destruirnos. Somos más humanos de lo que imaginamos pero sin dejar de ser depredadores. Mientras dicho destino decide sobre mi vida, sigo anhelando y venerando como la mayor creación de la humanidad los pechos de una mujer por encima de todo, y por supuesto, a poder ser, con sus interiores repletos de dulce y caliente leche materna. Eso, si ha de suceder, morirá conmigo.
Por el momento sigo pensando en las dueñas de turgentes pechos, lectoras anonimas o no tanto que de buena gana me darian sus senos si con ello aceleraran mi cura. Pero sobre todo, sin acabar de comprenderlo, siguen fieles al blog.
Gracias a todas y por supuesto a todos.
Esto es como unn GH.
Y mientras tanto agradezco a todos y todas sus aportaciones por correo que me estan remitiendo y que espero ir encontrando tiempo para atender uno por uno.